
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Quiera Dios Nuestro Señor que ninguno de los seguidores de este “Curso de Formación para Comprometidos” ponga en el saco roto todo lo que se trata en estas lecciones, ya que como dijimos anteriormente, una gran parte de los problemas en el Matrimonio, se originan por los asuntos de índole sexual. Ya sea por cualquiera de sus facetas: físicas, emocionales, mentales y espirituales.
C.I.C. #2363: “Por la unión de los Esposos se realiza el doble fin del Matrimonio: el bien de los esposos y la transmisión de la Vida. No se pueden separar estas dos significaciones o valores del Matrimonio sin alterar la Vida espiritual de los Cónyuges ni comprometer los bienes del Matrimonio y el porvenir de la Familia. Así, el Amor Conyugal del Hombre y de la Mujer queda situado bajo la doble exigencia de la Fidelidad y la Fecundidad”.
Está muy claro: el doble fin del Matrimonio es “El bien de los Esposos y la transmisión de la Vida”.
Lo cual se comprueba cuando resulte “La doble exigencia de la Fidelidad y la Fecundidad”.

Por lo tanto, el Acto Conyugal dirigido a la transmisión de la Vida o sea la Procreación debe cumplir con los siguientes requisitos:
—Que la relación sea realizada únicamente por la unión de los genitales.
—Que ni el Hombre ni la Mujer, hayan tomado en cuenta ninguna medida contraceptiva.
Aclarando que sí son permitidos solo los métodos de Anticoncepción naturales.
Hombre y Mujer Comprometidos: lo establecido está muy claro, y será fácil lograrlo, solo si se hace de manera Verdadera y Auténtica. Y el único requisito para hacerlo de esta manera es el Amor Conyugal. No el enamoramiento, ni el deseo, ni la pasión. Sino simplemente el Amor Conyugal, recordando que “El Amor no es un sentimiento sino una Decisión”.
Ya para estas alturas de este Curso de Formación, deberemos tener una clara idea de lo que esto significa, sino pues ¡somos todo oídos! ¿en qué los podemos ayudar? ¡Que para servir nacimos, estamos y somos! No se queden con dudas, ¡consulten! Probablemente será primero buscar el consejo de sus Padres, o demás familiares con Matrimonios Solidos y exitosos o sino seguramente en su comunidad habrá algún Sacerdote o consejero Matrimonial de su entera confianza. Finalmente, nosotros no hemos dejado de ofrecer nuestra ayuda para cualquier duda o comentario que nos quieran hacer.
¡Grabemos en nuestra Alma que nunca jamás, dejemos el Amor para después!
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!
Señor Jesús, Padre Misericordioso, te consagro mi Vida, mi Matrimonio, mi Cónyuge, mi Familia, tómanos de tu mano bendita y nunca nos sueltes, estamos seguros de que contigo como Padre, nada podemos temer. Por nuestra parte haremos lo que tengamos que hacer para permanecer en tu Gracia.