
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En el libro del Génesis leemos que “en el principio” Dios crea al Hombre Varón y Mujer. Desde el principio Dios le da al Hombre y a la Mujer, el regalo de la diferencia sexual, para complementarse, para que se ayuden el uno al otro, para que sean fecundos, y ni Él ni Ella se sientan solos.
La Sexualidad debe ser expresión de una unidad íntima de espíritus que se manifiesta entre un Hombre y una Mujer a través de sus cuerpos.
La Sexualidad desbordada es insaciable: cada vez quiere más, cada vez quiere experimentar cosas nuevas, hasta llegar a las aberraciones más indignantes.
Con el sexo no se juega. El sexo causa adicción lo mismo que las drogas.
Con el sexo, como con la moneda, después de la inflación viene la devaluación. Después de la sexolatría viene el hastío y las desviaciones sexuales.
La sabiduría mundial nos refiere a las Desviaciones sexuales no solo por el aspecto físico, sino también por el aspecto intelectual y emocional.
Se recomienda ampliamente leer, analizar y sacar conclusiones de los numerales del Catecismo de la Iglesia Católica del # 2351 al 2357, para darnos cuenta el daño tan grave que las Desviaciones sexuales le hacen a la persona y por consecuencia al Matrimonio. A saber: la lujuria, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, la violación y la homosexualidad.
C.I.C. # 2360: “La sexualidad está ordenada al Amor Conyugal del Hombre y de la Mujer. En el Matrimonio, la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual. Entre bautizados, los vínculos del Matrimonio están santificados por el sacramento.

C.I.C. # 2361: “La sexualidad, mediante la cual el Hombre y la Mujer se dan el uno al otro con los actos propios y exclusivos de los Esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente humano solamente cuando es parte integral del Amor con el que el Hombre y la Mujer se comprometen totalmente entre sí hasta la muerte”.
Hombre y Mujer Comprometidos: Démosle a nuestra sexualidad el uso para lo que fue creado, el bien común de los Esposos y la Fecundidad. También es importante que los cónyuges pidan a Dios por su Esposo o Esposa, todos necesitamos que pidan por nosotros, que maravilla que sea nuestro propio cónyuge quien siempre nos acompañe con sus oraciones.
¡Démosle a Dios profundas gracias por habernos creado tal y como somos!
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!
Señor Jesús, Padre Misericordioso, te consagro mi Vida, mi Matrimonio, mi Cónyuge, mi Familia, tómanos de tu mano bendita y nunca nos sueltes, estamos seguros de que contigo como Padre, nada podemos temer. Por nuestra parte haremos lo que tengamos que hacer para permanecer en tu Gracia.