
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En un principio parece ser que la persona que tiene que hacer mayores ajustes es la Esposa, pero si somos honestos y queremos verdaderamente que esto funcione: “Es absolutamente necesario que el Esposo tome cartas en el asunto y otorgue incondicionalmente todo su apoyo para realizar las tareas y actividades necesarias para compensar el buen funcionamiento del Matrimonio en general”.
Esto ayudará para que la Esposa reconsidere desarrollarse profesionalmente desde su Hogar y convirtamos el Escenario #2 en el Escenario #1, lo cual es el ideal.
Y aquí tocamos un punto súper importante a considerar, para que no empiecen tempranamente los problemas entre los Cónyuges. Y nos referimos a que “El Desarrollo Personal vaya a la par entre el Hombre y la Mujer”, ya que cualquier desequilibrio en esta área, hará que empiecen las discusiones de todo tipo.
Respecto de la «Escala de prioridades» tenemos algunos ejemplos:
–No será correcto que se prefiera ir a convivir con los amigos o Familiares, si se está fallando en dedicarle tiempo a la Familia.
–No será correcto que se le dedique demasiado tiempo a los hijos y se sacrifique el tiempo a pasar con la pareja.
–No será correcto que se busque una satisfacción sexual propia con nuestro Cónyuge, sin satisfacer sus demás expectativas y/o necesidades.
–No será correcto que nos la pasemos en la Iglesia dándonos golpes de pecho, sin atender correctamente las responsabilidades del Matrimonio y de la Familia.
La «Escala de prioridades» es muy clara y es “Puro Sentido Común” llevarla a cabo al pie de la letra. Es muy claro que cualquier salto por satisfacer una necesidad menos prioritaria traerá problemas difíciles de justificar y defender.
Aunque siempre será posible que entre el Diálogo y Comunicación entre los Cónyuges se toquen estas justificaciones y defensas, expresando las razones que nos llevaron a tomar tales acciones y decisiones menos prioritarias, pero deberán ser las excepciones y no las reglas.
Mención especial merece el resaltar que el “Trabajo” está por debajo de las prioridades referentes al Cónyuge, Diálogo y Comunicación, las Relaciones sexuales, los Hijos y la Espiritualidad.

Pero también resaltar que es una gran responsabilidad cuidar que nuestro “Trabajo” y nuestra “Familia” no se pongan en riesgo por situaciones que involucren al Descanso, los Familiares, los Amigos, el Dinero, el Deporte o las Diversiones.
Hombre y Mujer comprometidos: permítanos recalcar que esto es muy sencillo de aplicar, pues se trata del más elemental “Sentido Común” y solo se requiere del ejercicio de nuestra “Voluntad”: “Querer hacerlo como se debe”.
¡Cumplamos nuestro rango de prioridades pensando en el Bienestar y éxito Familiar!
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!
Padre Santo Jesucristo, te consagramos también nuestro trabajo diario, danos el discernimiento necesario para equilibrar nuestros recursos como Matrimonio y guiados con tu venia bendita hacer de nuestra Familia, una de las más Felices que jamás hayan existido y plena de metas, logros, sueños, proyectos y anhelos cumplidos.