Transformación (17.2)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

El que la relación Matrimonial llegue a una etapa en la que el “Amor inicial” se transforma a una indiferencia declarada o a un odio extremo, con todas sus variantes, y debido a esto se quieran separar, es lo que se llama que el Esposo y la Esposa fallaron o fracasaron en su Matrimonio. Está claro que el Matrimonio en sí, no es el que falló.

La etapa del “Amor inicial” está pletórica de acercamientos:

–Acercamientos físicos: tomarse de la mano, abrazos, besos, acto sexual, caricias de todo tipo, contactos diversos, convivencia, tiempo compartido….

–Acercamientos emocionales: pensar en el Cónyuge, miradas, mensajes, llamadas, conversaciones remotas, Dialogo, Comunicación, estar al pendiente de su trabajo diario, palabras de ánimo, demostraciones de Amor, decirse que se aman……

–Acercamientos espirituales: orar por el Cónyuge, orar juntos, consagrar sus existencias a Dios, desearse el bien, vivir la religión….

Y en contraparte a esto, el fenómeno principal detectado, culpable de esta “Trasformación no deseada” y que prevalece en los sucesos y situaciones físicas, emocionales y espirituales, es el “Distanciamiento”.

Dichos distanciamientos, en cualquiera de las áreas físicas, emocional o espiritual, se van dando poco a poco, casi imperceptiblemente, en forma de “Focos rojos”. Tuvieron que pasar muchos sucesos de distanciamiento, todos los días para que dicha “Transformación no deseada” se diera. Al mismo tiempo que no se contrarrestaron o compensaron ninguno de estos sucesos de distanciamiento.

Dichos “Focos rojos” se deberían de atender en el momento que se detectan, para que los Cónyuges sigan adelante con su crecimiento personal y sigan estrechando los lazos de unión.

Lo cual es precisamente de lo que se trata: Detectar, dialogar para compensar y remediar, estrechar los lazos de unión, seguir detectando, seguir creciendo.

Una característica que se puede medir para saber el “Grado de distanciamiento” es la “Frecuencia inicial” comparada con la “Frecuencia actual”.

–¿Cuántos abrazos, besos, actos sexuales, caricias de todo tipo, contactos diversos, convivencias se cometían en la etapa inicial y cuantos se cometen en la actualidad?

–¿Qué tan seguido se pensaba en el Cónyuge, se mandaban mensajes, se hacían llamadas, se comunicaban, se daban palabras de ánimo, se hacían demostraciones de Amor, y se decían que se aman, y que tan seguido lo hacen en la actualidad?

–¿Qué tan seguido se oraba por el Cónyuge, oraban juntos, consagraban sus existencias a Dios, se deseaban el bien, y vivían su religión y que tan seguido hacen todo esto en la actualidad?

Hombre y Mujer Comprometidos: las respuestas a estas preguntas son propias de cada relación y son relativas al “Amor inicial” de cada pareja. Todo tiene solución y debe tender a mejorar la calidad y excelencia de la relación y a estrechar los lazos de unión. No se trata de empezar a crear o fomentar ni distanciamientos ni abismos en la relación.

¡Un nuevo día y como pareja una nueva oportunidad para salir victoriosos de los afanes adversos!

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!

Señor Jesús y Padre Nuestro, te consagro nuestra Vida Matrimonial, permíteme hacer uso de mi Madurez para que de mi boca salgan solo expresiones de Amor para mi Cónyuge y que todo mi cuerpo sea un refugio digno para recibir cuantas veces sea necesario a mi Cónyuge para reconfortarlo(a) y poder seguir juntos en la lucha diaria.

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