
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Existe una especie de dinámica muy efectiva para tener una idea clara, de si uno es la persona correcta. Por supuesto que se requiere mucha honestidad, aceptación y muchos deseos de hacer las cosas bien.
Hombre y Mujer comprometidos les recomendamos que hagan lo siguiente, háganse mutua y sanamente las siguientes 3 preguntas:
–¿Crees en el fondo de tu corazón que te puedo hacer muy feliz? ¿Si-No? ¿Por qué?
–¿Qué más necesito hacer para que estés seguro(a) que te voy a hacer muy Feliz? ¿Por qué?
–¿Qué necesito dejar de hacer para demostrarte que te quiero hacer muy Feliz?¿Por qué?

Las respuestas serán muy variadas y hay que aceptarlas, tomarlas con mucha madurez y en lo posible acatarlas y cumplirlas sin discusión. Esta subsanación y cumplimiento llevará algún tiempo, pero se deben notar en el corto plazo los cambios auténticos, verdaderos y definitivos.
–Sólo así se sabrá, si de verdad se desea ser esa persona correcta que vuestra pareja está buscando.
–Sólo así se sabrá, si de verdad tu intención es desear la felicidad de vuestra pareja.
–Sólo así se sabrá si vuestro enamoramiento ha trascendido a un Amor en potencia.
–Sólo así se sabrá si la atracción física ha trascendido a buscar la belleza interior.
–Sólo así se sabrá si la pasión desbordada, ha trascendido a prodigar bienestar a vuestra pareja.
Hombre y Mujer comprometidos, y si después de haber cumplido cabal y definitivamente con los requisitos, aun quieren perfeccionar su persona y sublimarse aún más, solo tienen que voltear a conocer a Nuestro Señor Jesucristo e imitarlo en todo.
Verán en Él, el único modelo a seguir, una persona que ama, que perdona, que sana, que alienta, que protege, que es fiel, que es justo, que se sacrifica, que se da a sí mismo, que comprende, que apoya, que ora por ti, que muere por ti.
Y todo esto lo hace de una manera muy íntegra, natural y especial.
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!
Señor, ayúdanos para ayudar, danos fuerzas para perseverar y pon en nuestra boca las palabras precisas, en todo momento, para alentar, motivar y entusiasmar a nuestro futuro cónyuge.