El Matrimonio es de 3. (3.2)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Primero que nada debemos afirmar la Verdad en la que se basa toda nuestra Fe:

Hechos 1, 3:” Y después de muerto se les presentó en persona, dándoles así claras pruebas de que estaba vivo. Durante 40 días se dejó ver de ellos y les estuvo hablando del reino de Dios”. Esta es palabra de Dios.

–Jesucristo resucitó de eso no hay duda, es un Dios vivo que está presente entre nosotros. Sigue asistiendo y sanando a su pueblo como lo hizo hace 2000 años.

–Jesucristo quiere formar parte de nuestro Matrimonio, como el pilar principal en el cual nos podemos apoyar para salir adelante.

–Jesucristo es el principal testigo de nuestra unión Matrimonial, y espera que todos los días lo consideremos el centro de nuestras Vidas.

–Entraron a la Iglesia físicamente un Novio y una Novia comprometidos y salió de la Iglesia un Matrimonio Espiritual conformado por el Esposo, la Esposa y nuestro Señor Jesucristo.

–Así es que Hombre y Mujer comprometidos y casados, cuando afirmamos que el Matrimonio es de 3: Jesucristo, tu cónyuge y Tú, estamos asegurando que desde su testificación y bendición, Él forma parte de su Unión Matrimonial.

–Si después los Esposos se olvidan de Él o no lo toman en cuenta, será su decisión. Aunque Jesucristo Nuestro Señor siempre seguirá tocando a nuestra puerta.

–Las bases y esencia del Matrimonio son perfectas e infalibles, puesto que fueron instituidas por Dios Nuestro Señor. Génesis 1, 27-28: “Dios creó al Hombre a imagen de Dios, lo creo Varón y Mujer, y los bendijo diciéndoles, procread y multiplicaos y llenad la Tierra” Esta es palabra de Dios.

Podemos concluir que seguir esas bases significa que:

-Somos un Hombre y una Mujer quienes recibimos de Dios la bendición Matrimonial, y nos comprometemos a tener y educar todos los hijos que Dios nos mande, entonces Nuestro Matrimonio quedará consagrado y en gracia de Dios.

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!

Señor, ayúdanos para ayudar, danos fuerzas para perseverar y pon en nuestra boca las palabras precisas, en todo momento, para alentar, motivar y entusiasmar a nuestro futuro cónyuge.

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