Votos del Matrimonio (4.1)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Con estas palabras, Nuestro Señor Jesucristo dio las pautas correctas a seguir y sabemos que Él nunca se equivoca.

El día que celebramos nuestro Matrimonio, el Hombre y la Mujer comprometidos, efectivamente salimos de nuestro hogar de solteros en pos de la persona que se convertirá en nuestro cónyuge. Y una vez que se consuma el Matrimonio, llegaremos a vivir al lugar que se convertirá nuestro nuevo hogar.

Nos despedimos de nuestra Familia de solteros para de aquí en adelante iniciar la noble y privilegiada misión de procrear y formar nuestra propia Familia, en nuestro nuevo Hogar.

O dicho en otras palabras: nuestra nueva Familia se pretende que sea nuestro cónyuge y nuestros futuros hijos y nadie más.

Es un primer paso, difícil y definitivo, pero hay que darlo sin vacilaciones, pues es la primera demostración palpable de que solo queremos fundirnos con nuestro cónyuge en la intimidad de nuestro nuevo hogar.

Tal vez solo sea un modesto departamento o una casa pequeña en renta, pero eso no le quitará ningún mérito de convertirse en el mudo testigo de la fusión de nuestros cuerpos, de nuestros corazones y de nuestras almas de jóvenes.

En este íntimo lugar tendrá efecto el desbordamiento de promesas y compromisos hechos en la ceremonia del Matrimonio, donde Jesucristo Nuestro Señor fue testigo presencial. Y al final de esta cita bíblica descrita, se concluye y confirma la Indisolubilidad del Matrimonio, el cual no podrá ser disuelto por la intervención de ninguna mano o mente humana.

CIC # 1644: “El Amor de los esposos exige, por su misma naturaleza, la unidad e indisolubilidad de la comunidad de personas que abarca la Vida entera de los Esposos”.

CIC # 1646: “El auténtico Amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. Esta intima unión en cuanto donación mutua de 2 personas, así como el bien de los hijos, exigen la plena Fidelidad de los cónyuges y urgen su Indisoluble Unidad”.

¡Muchas felicidades a los Novios comprometidos por el paso que están dando!

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y tu pareja!

Señor Jesucristo, gracias por todo lo que me has dado, y muy especialmente gracias por esta persona con la cual uniré mi Vida, mi proyecto y mi destino. Ayúdanos para procrear una Familia numerosa y un Matrimonio Tradicional duradero y feliz.

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