
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Las frases mencionadas en la imagen anterior están respaldadas y resumidas por la cita bíblica discutida en la lección 5.4, palabras de Nuestro Señor Jesucristo, plasmadas en San Lucas 12,31: “Busquen primero el reino de Dios y todo lo demás se les dará por añadidura”. Esta es palabra de Dios.
Nos hemos dado cuenta a lo largo de nuestra Vida que todo concuerda y embona perfectamente. “Buscar primero el Reino de Dios”, es querer ver a Dios y su gloria en todo su esplendor y se logra cumpliendo principalmente 3 cosas:
1–Amar a Dios Nuestro Señor por sobre todas las cosas.
Significa cumplir sus mandamientos. (San Juan 14, 15: “Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos”).
2–Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Significa hacer las Obras de Misericordia. (San Mateo 25, 34-36: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí).
3–Pasar tiempo y platicar con Nuestro Señor, aquí en la Tierra.
Significa saciar esa hambre y sed de su presencia en todas las formas habidas y por haber en nuestra Iglesia, sobretodo relacionadas con el Santísimo Sacramento. (San Marcos 12, 29-31: “Jesús le contestó: El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu Corazón, con toda tu Alma, con toda tu Inteligencia y con todas tus Fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a Ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos”).
Hombre y Mujer comprometidos, no nos crean a nosotros, créanle a Jesucristo Nuestro Señor, crean en Él y confíen en Él. Y nunca más volverán a preocuparse por ninguna otra cosa. Estarán tan ocupados amando a Nuestro Señor y haciendo Obras Misericordiosas, que el llamado éxito material, la fama, y las riquezas, pasarán a segundo término.

Y casi sin darse cuenta y cuando menos se lo esperen, Él les dará la “Añadidura prometida”: Una Familia unida, muy próspera y llena de su Espíritu Santo. ¡Claro que sí se puede!
Por favor grábense esto en el fondo de su corazón: “Ningún éxito en la Vida, justifica el fracaso en la Familia”.
Aunque separados en el tiempo y el espacio, nos seguiremos poniendo a sus órdenes en el siguiente Tema #6.
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y tu pareja!
Señor Jesucristo, gracias te damos también por todo lo que no nos has dado, confiamos plenamente en Ti. Protégenos con tu sangre bendita de todo aquello que nos pueda dañar y ayúdanos a seguir predicando tu ejemplo a los demás.