Fiel en la Adversidad (6.11)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

No podemos negar una realidad de la que nadie en este mundo podemos escapar, y es que: la Adversidad nos perseguirá siempre, por más que queramos evitarla. A pobres y a ricos por igual.

Así es que más nos vale aprender a vivir con Ello, dándole su exacta importancia, ni más ni menos. Y nos irá aún mejor si a pesar de ello, logramos adquirir más resistencia al vencer la Adversidad según se nos vaya presentando.

Recordemos en la lección 6.4, de cómo un músculo debido al quebrantamiento constante de sus fibras musculares, se hace más grande, más fuerte y más resistente.

Así también nosotros, como cónyuges de un Matrimonio Cristiano, si de todos modos tendremos Adversidad en nuestra Vida, entonces aceptémosla y aprovechemos eso para renovarnos, redescubrirnos, reinventarnos y revolucionarnos, para hacer de nuestra relación más intensa, resistente y con mucha pasión.

Veamos a cada uno de los problemas adversos como una oportunidad para mejorar, aceptemos los retos de una manera positiva y ayudémonos como Pareja a alcanzar los proyectos por los que decidimos unir nuestras Vidas. ¡Que no nos de miedo tocar el cielo con los dedos!

Sabiduría 3, 5-6: “Después de sufrir pequeños castigos, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de Él. Los probó como el oro en el crisol, y los aceptó como un sacrificio ofrecido en el altar”. Esta es palabra de Dios.

Hombre y Mujer Comprometidos, “probados como el oro en el crisol”, que más queremos si Dios está con nosotros para apoyarnos y protegernos en todo momento. Indudablemente que Él quiere que triunfemos en nuestro Matrimonio, que de eso nunca jamás les quepa la menor duda.

Salmos 27,1: El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi Vida, ¿a quién habré de temer?. Esta es palabra de Dios.

Si hacemos todo esto, la idea de “tirar la toalla” ante los primeros asomos de  Adversidad, será tan solo una falleciente manera de pensar de adultos inmaduros e inseguros.

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y tu pareja!

Señor Jesucristo, gracias te damos por estar con nosotros en los momentos de prueba. Sabemos y confiamos que aunque nos agobien las mayores adversidades, si permanecemos tomados de tu mano bendita, nunca nos abandonarás.

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