Fiel en la Adversidad (6.2)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Uno de los ejemplos más claros de lo que pregona San Agustín es sin duda la misión cumplida de Moisés, quien fue el líder que dirigió a su pueblo hacia la libertad después de haber sido esclavos de los egipcios.

Al igual que Moisés todos tenemos una misión en la Vida y a pesar de la adversidad, Dios Nuestro Señor nos dará los talentos necesarios para llevar a cabo nuestra misión.

«Dios Nuestro Señor envía a las más cruentas misiones a sus más excelentes guerreros y/o guerreras». De eso no les quepa la menor duda, y si algún talento les falta para llevar a cabo la misión, ténganlo por seguro que Dios en su excelsa Sabiduría, les hará adquirir lo necesario para vencer.

Hombre y Mujer Comprometidos:

–Si les falta Paciencia, Dios les dará pruebas para obtenerla.

–Si les falta Fortaleza, Dios les dará obstáculos para obtenerla.

–Si les falta Carácter, Dios les dará dificultades para obtenerlo.

Y precisamente la adversidad está formada en gran parte de esto: pruebas, obstáculos y dificultades.

Y si tomados de la mano de Dios Nuestro Señor, al final de la cruenta batalla obtenemos los talentos que nos hacían falta, entonces después de todo, la adversidad no es tan mala.

Sólo veremos  a la adversidad mala e insalvable, cuando nos falte la ayuda de Dios y nos seguirá faltando, si nunca la pedimos.

Así que todo está claro y entendible: estamos siempre a un paso de obtener su ayuda, solo oremos pidiendo su apoyo.

Otro ejemplo de situación adversa la podemos encontrar en el Génesis 37. Es la historia de José, hijo de Jacob.

Y la situación adversa por excelencia es la historia de Job, a quien la historia lo reconoce: el gran célebre por su Paciencia.

Y todos ellos fueron rescatados por Dios Nuestro Señor porque simplemente confiaron en Él y le creyeron a Él.

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y tu pareja!

Señor Jesucristo, gracias te damos por estar con nosotros en los momentos de prueba. Sabemos y confiamos que aunque nos agobien las mayores adversidades, si permanecemos tomados de tu mano bendita, nunca nos abandonarás.

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