Fiel en la Enfermedad (8.1)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Iniciando este Tema #8, esperando que también sea de utilidad para todos los que nos siguen en este canal. No olviden que es un complemento, y no se pretende que sustituya ningún Curso o seminario de carácter Oficial.

Es obvio que Dios Nuestro Señor quiere que estemos siempre sanos, como fuimos diseñados por Él y puesto que somos sus hijos y su creación, nos quiere que siempre estemos en óptimas condiciones físicas, mentales, espirituales y emocionales.

Si algo empieza a fallar en  nuestro cuerpo o mente será simplemente porque no nos cuidamos como debiéramos y probablemente abusamos de nuestra condición saludable. Algo excesivo debimos haber hecho que se rompió el equilibrio, a pesar de que nuestro cuerpo aguanta cierta cantidad de abuso.

O también, si algo empieza a fallar en nuestro cuerpo o mente, será porque Dios Nuestro Señor en su infinita Sabiduría, permitió que sucediera, con el único objetivo de que haya otro tipo de beneficios o urgentes cambios de Vida. Cualesquiera que sean los motivos por los que Dios lo permite, es bien cierto que Él nunca se equivoca, aunque de momento nos parezca lo contrario. Él siempre sabe lo que hace, para que lo hace o porque lo hace.

Y tengamos confianza que Dios Nuestro Señor, siempre, siempre, siempre protege a sus Fieles.

CIC #1500: “La enfermedad y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más graves que aquejan la Vida humana. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. Toda enfermedad puede hacernos entrever la muerte.

CIC #1501: “La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su Vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él.

Hombre y Mujer Comprometidos, en nuestras manos está, permanecer siempre protegidos. Por un lado, hacer todo lo que está de nuestra parte para preservar nuestra Salud. (Lo cual tratamos ampliamente en las 15 lecciones del Tema #7). Y por otro lado estar en gracia de Dios para encontrar complacencia a sus ojos, hacia estos humildes siervos suyos.

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!

Señor Jesucristo, permítenos encontrar el sentido que tiene el sufrir alguna enfermedad, permitida por Ti. Sabemos que todo tiene un propósito y un fin. Y sabemos también que si confiamos en Ti, nos ayudarás a recuperarnos, y quedar inclusive en mejores condiciones que antes.

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