Fiel en la Enfermedad (8.3)

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Iniciamos esta lección con una definición básica de la palabra Enfermedad: “Es una alteración leve o grave del funcionamiento normal de un organismo o de alguna de sus partes, debida a una causa interna o externa”.

Es indudable que hay de males a males, y dependiendo de la gravedad y el índice de mortalidad, también es el costo para recuperar la Salud.

Y dado que nadie de nosotros tenemos un ahorro previsto para este rubro, pues es ahí donde nos pega en el presupuesto Familiar. Aunque muchos tenemos la opción de hacer uso de las instituciones que han sido formadas para tal efecto.

Junto con la atención médica, siempre deberíamos acudir al Médico de Médicos, Nuestro Señor Jesucristo, definitivamente Él nos quiere sanos, no nos puede ver batallando con ninguna enfermedad.

Basta con leer los 4 Evangelios de la Sagrada Biblia, para darnos cuenta de la gran cantidad de milagros de sanación corporal y espiritual que realizó, sanó enfermos antes y sigue sanando enfermos aún hoy en día.

Para Jesucristo Nuestro Señor nada es imposible, inclusive resucitó personas que ya se daban por muertas.

San Marcos 10, 47; 50-52: “Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar: ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí! El ciego arrojó su capa y dando un salto se acercó a Jesús, quien le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: Maestro quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: Puedes irte; por tu fe has sido sanado. En aquel mismo instante el ciego recobró la vista”. Esta es palabra de Dios.

Con Jesucristo Nuestro Señor como Médico, nuestra sanación nos puede llegar en cualquier momento, lo único que nos pide es poner de nuestra parte para hacérselo saber. Él no hace milagros baratos, ni supone que quieres sanarte, necesitamos pedírselo y que nos cueste de alguna manera.

Al ciego del pasaje bíblico, le costó su esfuerzo, sino analicemos:

–El ciego siempre mantuvo su atención para oír que era Jesús de Nazaret, quien pasaba por ahí.

–El ciego gritó: ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!

–El ciego arrojó su capa.

–El ciego dio un salto y se acercó a Jesús,

–El ciego le contestó: Maestro quiero recobrar la vista.

–El ciego tuvo fe, según lo afirmó Jesús.

Hombre y Mujer Comprometidos. ¿Qué tanto estamos dispuestos a “pagar” para recobrar la Salud? ¿Qué tanta oración, que tantas obras de misericordia, que tan profundo un cambio de Vida y/o actitud?

¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!

Señor Jesucristo, permítenos encontrar el sentido que tiene el sufrir alguna enfermedad, permitida por Ti. Sabemos que todo tiene un propósito y un fin. Y sabemos también que si confiamos en Ti, nos ayudarás a recuperarnos, y quedar inclusive en mejores condiciones que antes.

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