
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Independientemente de la causa de la enfermedad o accidente de que se trate, hay una palabra que describe el estado de ánimo de las personas involucradas: “Se encuentran devastadas”.
Destruidas anímicamente, sin ganas de hablar con nadie ni dar explicaciones, agobiados por la incertidumbre o por la falta de información, inseguras por el futuro inmediato, mentalmente cansadas de imaginar el peor de los escenarios.
Creemos que todos estarán de acuerdo con nosotros, que tanto el enfermo como los familiares cercanos requieren de una fuerza superior que los ayude a sobrellevar esta situación desgastante, por todos los lados que se vea: desgaste físico, desgaste mental, y desgaste económico.

Una vez más encontramos la respuesta en palabras del mismísimo Jesucristo Nuestro Señor, San Mateo 11, 28: “Vengan a Mí los que están cansados y agobiados, que Yo los aliviaré”. Esta es palabra de Dios.
Hombre y Mujer Comprometidos, tomen nota de esto, que tal vez algún día lo vayan a necesitar, no lo dudemos ni un solo instante, acudamos con Él por el auxilio requerido, acudamos con Él con nuestro corazón por delante y con la Fe necesaria para que obre los milagros necesarios.
San Mateo 8, 5-8; 10: “Al entrar Jesús en Cafarnaúm, un capitán romano se le acercó para hacerle un ruego. Le dijo: Señor mi criado esta en casa enfermo, paralizado y sufriendo terribles dolores. Jesús le respondió: iré a sanarlo. El capitán contestó: Señor, yo no merezco que entres en mi casa; solamente da la orden, y mi criado quedará sano. Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta Fe como este hombre”. Esta es palabra de Dios.
Analizando este pasaje bíblico:
–Vemos una respuesta positiva muy rápida de Jesucristo Nuestro Señor.
–Vemos que está dispuesto a atender al criado del capitán romano, aunque no los conocía.
–Vemos una disponibilidad completa, deja lo que está haciendo, pues Jesucristo sabe que la Salud esta primero.
–Por parte del capitán romano vemos humildad y sobretodo Fe, y también un amor muy grande por su criado. ¿Qué no haría este capitán romano por sus familiares?
–Nuestro Señor Jesucristo deja muy claro que hay que hacer la petición de sanación con una Fe muy grande.
Una vez más las Sagradas Escrituras nos dejan una gran enseñanza, muy práctica y muy útil para usarla cuando se requiera.
¡Que Dios todopoderoso te bendiga a Ti y a tu pareja!
Señor Jesucristo, permítenos encontrar el sentido que tiene el sufrir alguna enfermedad, permitida por Ti. Sabemos que todo tiene un propósito y un fin. Y sabemos también que si confiamos en Ti, nos ayudarás a recuperarnos, y quedar inclusive en mejores condiciones que antes.